Reseña: Leí Noches de
Manhattan hace tiempo y me encantó. Quería, necesitaba, leer el segundo,
pero todavía no lo habían publicado en español, así que tuve que esperar. Pero cuando
salió, la verdad es que no me apeteció mucho leerlo (soy así de rara, lo sé). Y
ahora mismo estoy encantada de haberlo hecho, porque necesitaba leer un libro
así en este momento.
La historia transcurre en el Nueva York actual,
con sus rincones mágicos, sus azoteas esperando a ser diseñadas y Central Park.
Frankie es una joven botánica que vive en el mismo
edifico de Brooklyn que sus dos mejores amigas, propiedad del hermano de una de
ellas. Le encantan las plantas y no le gusta tanto la gente. Le cuesta confiar
en las personas debido al traumático divorcio de sus padres y sus
consecuencias. Aun así es una gran amiga, aunque no le guste dar abrazos.
Matt es el sobreprotector hermano mayor de Paige,
protagonista del primer libro, y cree conocer todo lo que oculta Frankie, aunque
pronto se dará cuenta de que no es así. Pero, todo lo extraña que es Frankie y
su aversión por las relaciones no es impedimento para que él se sienta atraído
por ella. Y ante todo, Matt es un tipo decidido, que no le importa esforzarse
por lo que quiere.
Todo comienza cuando Matt decide que es hora de
tomar cartas en el asunto respecto a sus sentimientos con Frankie y le propone
que le eche una mano en el trabajo. Frankie, por su parte odia la sensación que
siente cuando está junto a Matt, pero ante todo es su amigo y no puede decirle
que no al favor que le ha pedido. Así, Matt tratará de ayudar a Frankie a superar
sus problemas de confianza en la gente y a dejar de intentar ser lo opuesto de
su madre, para descubrir a la Frankie que está escondida en su interior.
Una historia bonita, con toques de humor, en la
que la relación se basa en una amistad de años y en la que la confianza es
fundamental. Desde que comencé esta novela, no pude soltarla y no quería
acabarla…
¡Un libro que hay que leer!
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